Muchas personas pasan por alto lo importante que es pensar en sexo o tener fantasías sexuales recurrentes. Con los años, varios estudios indican que no sólo es saludable, sino que además muy recomendable para nuestra vida y cerebro.
Sigmund Freud fue muy asertivo, cierto, pero en algo no tuvo la razón al asegurar lo siguiente: “una persona feliz no fantasea, sólo la que está insatisfecha lo hace”. Suena bastante inquisidor y lo es porque con los años, se fue demostrando todo lo contrario, vale decir, que quienes tienen una mejor salud sexual, son quienes más fantasean.
De hecho, se comprobó que al fantasear se activan las mismas áreas del cerebro que cuando se está haciendo aquello que se está imaginando. Inclusos se asegura que una fantasía detallada y precisa es un entrenamiento muy útil para enfrentar de mejor manera la situación en la realidad.
Hay otro punto importante que pocos conocen o más bien reconocen: el cerebro es el órgano sexual más importante, por lo que se podría decir que las ganas de tener sexo parte por acá primero.
También hay más estadísticas. Se sabe que cuando se practica la masturbación, un 50% es porque se consigue estimular los genitales, pero el otro 50% es porque se logra recrear en la mente las imágenes que consiguen la excitación sexual.
No en vano, las fantasías sexuales son recomendadas por los expertos para personas que tienen disfunciones sexuales tales como falta de deseo o incluso eyaculación precoz.
También es importante entender que en el imaginario de cada persona, las fantasías no están sujetas a normas ni moral, por lo que cada quien puede imaginar lo que se le dé la gana sin tener que sentir culpabilidad.
Tampoco es necesario llevar a cabo en la realidad las fantasías, ya que se tiende a confundir dos conceptos el de fantasía y de deseo. Fantasía es aquello que está en nuestra cabeza y que sabemos que se quedará ahí, deseo, es cuando queremos hacer algo, por ende ya no es fantasía.
En líneas generales estos son los beneficios más inmediatos de las fantasías:
Aumentas el placer: Las fantasías nos ayudan a sentir más intensamente a la hora del sexo con una pareja o a la hora de la masturbación.
Aumenta el deseo sexual: Todos los expertos recomiendan que para aumentar la libido en tiempos de estrés, hay que pensar en sexo, y esto es porque al hacerlo uno está más disponible para tener sexo.
Disminuye el estrés: El tener fantasías, nos relaja, nos hace escapar de los problemas domésticos, laborales, de los problemas de la vida en general.
Es un ejercicio mental saludable: Ayudan a activar el cerebro el imaginaros situaciones de este tipo.
Aumentan la posibilidad de tener un orgasmo: Tener fantasías es un buen consejo en especial para aquellas personas que les cuesta alcanzar un orgasmo. Cierra los ojos, y fantasea.
Rejuvenece el cerebro: Sí, tal cual lo leyeron, un estudio concluyó que tener pensamientos relacionados al sexo o fantasías sexuales de manera recurrente, esto permitía la restauración de la función cerebral.
Supera la realidad: En las fantasías, las personas tiene todo el control sobre lo que sucede y es protagonista.
Exploras todo lo que quieres: La gracia es que puedes experimentar e indagar en todo lo que quieres sin dañar a nadie.
Aumentan la actividad sexual: Se ha demostrado que las personas que más fantasean son las que más tienen sexo.
Evita la rutina: A través de las fantasías puedes salirte de la monotonía en el que puede caer el sexo cuando se está en pareja durante años.